Pero para ello primero nos introduciremos en la historia de este cerdo del que se pueden saborear infinidad de platos
¿ QUÉ ES UN "CHATO MURCIANO" ?
La formación del cerdo Chato Murciano se produjo a finales del siglo XIX y principios del XX, a partir de cerdos autóctonos de capa negra pertenecientes al tronco Ibérico raza Gabana, para el cerdo Chato Murciano de capa negra, siendo su origen y núcleo de difusión el área de Lorca. Su centro de selección se estableció en el Centro de Investigación, Formación y Experiencias Agrarias de Lorca (CIFEA). La variedad blanca se seleccionó en la zona huertana de Murcia, con centro de selección en la Estación Sericícola de la Alberca que se encuentra dentro del IMIDA en Murcia. Se desarrolló a partir de la raza porcina Pintada, también perteneciente al tronco Ibérico pero con mezcla de pelos blancos y rojos en manchas. Sobre las razas de cerdo murciano actuaron cerdos de razas extranjeras importadas especialmente las Yorkshire, Berkshire, Craonés y Alderlans.
La formación del cerdo Chato Murciano se produjo a finales del siglo XIX y principios del XX, a partir de cerdos autóctonos de capa negra pertenecientes al tronco Ibérico raza Gabana, para el cerdo Chato Murciano de capa negra, siendo su origen y núcleo de difusión el área de Lorca. Su centro de selección se estableció en el Centro de Investigación, Formación y Experiencias Agrarias de Lorca (CIFEA). La variedad blanca se seleccionó en la zona huertana de Murcia, con centro de selección en la Estación Sericícola de la Alberca que se encuentra dentro del IMIDA en Murcia. Se desarrolló a partir de la raza porcina Pintada, también perteneciente al tronco Ibérico pero con mezcla de pelos blancos y rojos en manchas. Sobre las razas de cerdo murciano actuaron cerdos de razas extranjeras importadas especialmente las Yorkshire, Berkshire, Craonés y Alderlans.
SU HISTORIA
El origen del Chato Murciano se puede fijar a finales del siglo XIX, cuando los agricultores enriquecidos con el negocio de la marchantería, empiezan a realizar cruces con variedades de cerdo: andaluces, portugueses, extremeños y con algunas razas extranjeras mejoradas. Fue en 1913, con la fundación de la Estación de Agricultura General de Lorca o Granja Agrícola, cuando se sentaron las bases de una mejora racial que dio origen a la raza Murciana o CHATO MURCIANO en su variedad lorquina de capa negra gracias al trabajo conjunto que realizaron los ganaderos lorquinos Pedro y Francisco Martínez Barnés, Pedro Millán, Camilo y Diego Mazzuchelli, entre otros, junto al primer director y fundador de la Granja el Ingeniero Agrónomo Zacarías Salazar Mouliaá.
De una manera similar, en la huerta de Murcia, en la Estación Serícola de la Alberca que disponía de buenos ejemplares de verracos de razas extranjeras en colaboración con grandes propietarios de ganado o industriales como Ángel Guirao y Juan Bernal, pioneros de la industria cárnica regional, se dio origen al Chato Murciano variedad blanca, muy usual de la huerta de Murcia.
El origen del Chato Murciano se puede fijar a finales del siglo XIX, cuando los agricultores enriquecidos con el negocio de la marchantería, empiezan a realizar cruces con variedades de cerdo: andaluces, portugueses, extremeños y con algunas razas extranjeras mejoradas. Fue en 1913, con la fundación de la Estación de Agricultura General de Lorca o Granja Agrícola, cuando se sentaron las bases de una mejora racial que dio origen a la raza Murciana o CHATO MURCIANO en su variedad lorquina de capa negra gracias al trabajo conjunto que realizaron los ganaderos lorquinos Pedro y Francisco Martínez Barnés, Pedro Millán, Camilo y Diego Mazzuchelli, entre otros, junto al primer director y fundador de la Granja el Ingeniero Agrónomo Zacarías Salazar Mouliaá.
De una manera similar, en la huerta de Murcia, en la Estación Serícola de la Alberca que disponía de buenos ejemplares de verracos de razas extranjeras en colaboración con grandes propietarios de ganado o industriales como Ángel Guirao y Juan Bernal, pioneros de la industria cárnica regional, se dio origen al Chato Murciano variedad blanca, muy usual de la huerta de Murcia.
SU DESAPARICIÓN
Los nuevos planteamientos industriales y los cambios producidos en la alimentación y la nueva forma de vida rural surgida en la mitad de la década de los años 60, hicieron que la raza porcina "Chato Murciano" fuese literalmente barrida del programa ganadero de la Región de Murcia. Fue a mediados de los años cincuenta cuando se inicia el declive de la hegemonía del Chato Murciano en los mercados, por exigencias de los mismos que impusieron que el cerdo fuese de capa blanca arreciendo los cruces con razas extranjeras con el fin de desterrar la capa negra y ganar en prolificidad y precocidad. El declive culminó en los años sesenta por la caída de la calidad de la carne, derivada del engrasamiento, debido a la carencia de una adecuada selección genética y por el incremento de la demanda cárnica que demandaba la crianza de un tipo de animal más precoz y con mejores parámetros cárnicos.
Los nuevos planteamientos industriales y los cambios producidos en la alimentación y la nueva forma de vida rural surgida en la mitad de la década de los años 60, hicieron que la raza porcina "Chato Murciano" fuese literalmente barrida del programa ganadero de la Región de Murcia. Fue a mediados de los años cincuenta cuando se inicia el declive de la hegemonía del Chato Murciano en los mercados, por exigencias de los mismos que impusieron que el cerdo fuese de capa blanca arreciendo los cruces con razas extranjeras con el fin de desterrar la capa negra y ganar en prolificidad y precocidad. El declive culminó en los años sesenta por la caída de la calidad de la carne, derivada del engrasamiento, debido a la carencia de una adecuada selección genética y por el incremento de la demanda cárnica que demandaba la crianza de un tipo de animal más precoz y con mejores parámetros cárnicos.
SU RECUPERACIÓN
Actualmente el anhelo por preservar lo autóctono ha llevado al centro CIFEA de Lorca y a IMIDA de Murcia, junto a ganaderos con iniciativa, a plantear el proyecto de recuperación de una raza casi extinguida. Se llevan a cabo una serie de proyectos de Investigación y de Líneas de Trabajo, en estrecha colaboración entre diferentes organismos de la Comunidad Autónoma de Murcia, así como de otras comunidades. El censo actual de esta raza en Murcia se reparte en unas 18 granjas repartidas a todo lo largo de la geografía murciana cuyo objetivo, que le une, es preservar la existencia de una raza que tiene un gran caudal de formas y recursos genéticos, heredera de nuestra cultura campesina local imperante en el regadío levantino.
Actualmente el anhelo por preservar lo autóctono ha llevado al centro CIFEA de Lorca y a IMIDA de Murcia, junto a ganaderos con iniciativa, a plantear el proyecto de recuperación de una raza casi extinguida. Se llevan a cabo una serie de proyectos de Investigación y de Líneas de Trabajo, en estrecha colaboración entre diferentes organismos de la Comunidad Autónoma de Murcia, así como de otras comunidades. El censo actual de esta raza en Murcia se reparte en unas 18 granjas repartidas a todo lo largo de la geografía murciana cuyo objetivo, que le une, es preservar la existencia de una raza que tiene un gran caudal de formas y recursos genéticos, heredera de nuestra cultura campesina local imperante en el regadío levantino.
LA ASOCIACIÓN
En la actualidad, un pequeño grupo de ganaderos está apostando, a través de ACHAMUR, por recuperar este patrimonio genético de todos los murcianos, que es el cerdo chato que se distingue por tener la cabeza corta y ancha, las orejas cortas y pequeñas y un perfil ultra cóncavo en el que destaca su morro, corto, grueso y fuerte. El cuello es corto y el cuerpo largo, ancho y cilíndrico, las patas son cortas y los jamones y paletillas amplias. Su crianza en estabulación libre y su alimentación con productos naturales contribuye a hacer el cerdo CHATO MURCIANO la materia prima cárnica ideal para la recuperación de los auténticos sabores tradicionales de la gastronomía murciana.
En la actualidad, un pequeño grupo de ganaderos está apostando, a través de ACHAMUR, por recuperar este patrimonio genético de todos los murcianos, que es el cerdo chato que se distingue por tener la cabeza corta y ancha, las orejas cortas y pequeñas y un perfil ultra cóncavo en el que destaca su morro, corto, grueso y fuerte. El cuello es corto y el cuerpo largo, ancho y cilíndrico, las patas son cortas y los jamones y paletillas amplias. Su crianza en estabulación libre y su alimentación con productos naturales contribuye a hacer el cerdo CHATO MURCIANO la materia prima cárnica ideal para la recuperación de los auténticos sabores tradicionales de la gastronomía murciana.
Un ganadero lorquino, JOSÉ REVERTE NAVARRO, recuerda que hace más de 40 años, en su casa, su padre tenía cerdos chatos murcianos y su gran ilusión siempre fue tener la oportunidad de recuperar esta raza autóctona de Murcia. Comenzó con un lote de primalas surtiéndose del centro de semen del Centro de Capacitación y Experiencias Agrarias de Lorca que dirige JUAN ANTONIO REVERTE quien junto al que fue profesor del centro, fallecido en accidente, JOSÉ MARTÍNEZ GÓMEZ, fueron los responsables de que este ganadero lleve cinco años con el proyecto de recuperación de esta especie. Hoy en día ese proyecto local lo sustenta un equipo de carniceros lorquinos que junto al ganadero REVERTE desempeñan la labor de elaborar y comercializar el producto que procede del "Chato Murciano".
OBJETIVOS Y CRIANZA
El objetivo de este equipo lorquino es la recuperación y promoción de la especie y del producto que de ella se saca, un producto que contiene todos los sabores que se consiguen durante un año y medio de crianza, madurando en la carne de esta raza porcina. El cerdo Chato Murciano es un animal precoz de buen rendimiento y proporción de magro con un buen grado de rusticidad y resistencia. Necesita espacios libres, áreas para que hagan buen ejercicio y no pierdan los patrones de comportamiento propios de esta especie: el juego, el descanso, el retozo, el lavado y la alimentación basada en productos naturales a base de cereales y vegetales verdes, una alimentación "a la antigua". De esta manera el ganadero consigue un cerdo sano y saludable, libre de residuos.
Los diversos productos que se sacan de estos cerdos autóctonos de nuestra tierra murciana son inimitables, los jamones olorosos, grasos y sabrosos y la carne de textura tierna, un producto con personalidad suficiente para hacerse un hueco en el mercado, siempre que exista producción suficiente
Artesanos la calidad como emblema.